jueves, 16 de octubre de 2008

Introducción

El 1 de enero de 1994, en todo el estado de Chiapas, estalló la revolución en México; esto se debe por un levantamiento campesino, que fue llevado a cabo por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional.Fueron inspirados por las ideas revolucionarias y de liberación del pueblo indígena promulgadas por Emiliano Zapata en la época de la independencia mexicana, esto lo que se promueve a una “nueva liberación”.

El subcomandante Marcos, rechaza muchas de las medidas sociales y educativas del estado central, considerando que algunas de estas resultan inaplicables en estados como el de Chiapas, porque la mayoría de la población es indígena maya, por la cual también presenta un índice de pobreza alto.


México: La Revolución Zapatista

El 1 de enero de 1994, estalló en México un levantamiento campesino, que elimina el proteccionismo y las barreras arancelarias entre los tres países (EEUU, Canadà, Estados mexicanos).

Este acuerdo presenta la continuidad y la culminación de la política económica neoliberal aplicada en lo `90, que significo una gran desigualdad y pobreza para la mayoría de la población.

El vicepresidente norteamericano Gore había comparado la importancia del NAFTA con la compra de Louisiana a Napoleón en el siglo XIX, este acuerdo significa “la adquisición de México”.

El movimiento armado ocupó simultáneamente y por esa sorpresa cuatro municipios del estado de Chiapas, en el sur de México adoptan el nombre de Ejercitó Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), esto es por el homenaje que le hacen a EMILIANO ZAPATA.

El EZLN capturó al ex gobernador del estado, y fue liberado un mes después para iniciar conversaciones de paz con el presidente mexicano Carlos Salinas de Gotari.
En 1994, el EZLN enfrenta el cerco y el hostigamiento del ejército mexicano.Los zapatistas mantuvieron la autonomía en distintos pueblos de Chiapas y llevaron allí a cabo una reforma agraria.
El movimiento, liderado por el subcomandante Marcos, abrió negociaciones con el gobierno mexicano para alcanzar un acuerdo que reconociera el derecho al auto-gobierno de las comunidades indígenas.



El Subcomandante Insurgente Marcos es el principal portavoz y mando militar del grupo armado indígena mexicano denominado Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que hizo su aparición pública el 1 de enero de 1994, cuando lanzaron una ofensiva militar en la que tomaron seis cabeceras municipales
del estado sureño mexicano de Chiapas, demandando democracia, libertad, tierra, pan y justicia para los
indígenas.

El subcomandante Marcos

El subcomandante sigue “en pie de guerra”

Marcos ha estado con estudiantes, seguidores y simpatizantes en Ciudad de México y volvió a asegurar que el gran enemigo a vencer sigue siendo "el capitalismo". Este mensaje, que transmitió acompañado de representantes sindicales de Corea del Sur y del Movimiento de los Sin Tierra (MST) de Brasil, se escuchará del 20 al 28 de julio próximos en el II Encuentro Internacional de las Comunidades Zapatistas con los Pueblos del Mundo en los Altos de Chiapas. "Traigo la voz de los y las zapatistas del EZLN, apenas un puñado de hombres y mujeres indígenas de su inmensa mayoría que luchamos y vivimos en el último rincón de este país", afirmó el martes. NO QUEDA CLARO SI YA FUE, SI SERÁ O QUÉ DÍA Y AÑO. VERIFICALO Y ARREGLÁ.

El líder zapatista, quien también se ha dado el nombre de "Delegado Cero", comenzó el 1 de enero de 2006 una gira por todo México conocida como "La otra campaña" en la que, en un año de elecciones presidenciales, trataba de forjar un movimiento de auténtica izquierda de base en México. Sin embargo, la gira quedó inconclusa tras un enfrentamiento entre policías y pobladores de San Salvador Atenco, un pueblo del Estado de México donde el zapatismo tiene seguidores. Estos días Marcos ha vuelto a proclamar la oposición del EZLN a un sistema económico que, para él, ha agravado la problemática de "la migración, la desigualdad, la concentración de la riqueza en unas cuantas manos" no sólo en México, uno de los países latinoamericanos con más desigualdad, sino en todo el mundo.

Según el subcomandante, en los cinco continentes del planeta se está planteando una nueva "guerra mundial" ante la cual lo prioritario debe ser defender y recuperar la tierra, el medio ambiente y la naturaleza. Cree que el deterioro del planeta es "definitivo e irreversible" por lo que la verdadera víctima de esta lucha es "la especie humana", que no tiene otro mundo que le permita vivir en él. Como novedad el líder del EZLN porta estos días en su cabeza, además del pasamontañas que le distingue, dos plumas que podrían tener relación con algún culto o promesa hechos a los indígenas yanquis.

Frases del subcomandante Marcos

Es necesario hacer un mundo nuevo. Un mundo donde quepan muchos mundos, donde quepan todos los mundos.

Es preferible morir con honor que vivir con la vergüenza de un tirano dictando nuestros rumbos.





En 1995 el nuevo presidente de México, Ernesto Zedillo, interrumpió esta negociación, dio la orden de captura contra Marcos y reforzó la presencia militar en el estado ocupado por los zapatistas.

La violencia se acrecentó, sucediéndose matanza de indígenas y atentados al obispo de la localidad de San Cristóbal da las casas, que actuó de mediador entre el movimiento y el gobierno. Los acuerdos se suspendieron. La resistencia zapatista se fortaleció en la Selva Lacandona, región de Chiapas cercana a las fronteras con Guatemala .Ante la negativa oficial a dar respuesta a las demandas, el EZLN desplegó una intensa actividad política para impulsar el apoyo de otros sectores sociales mexicanos y lograr la solidaridad internacional. Se convoco una Consulta Nacional y, en 1996 al Encuentro Intercontinental por la Humanidad y contra el neoliberalismo. En 1997, Los zapatistas realizaron una marcha hacia la capital y contaron con el apoyo de Cuauhtèmoc Cárdenas, líder político opositor al partido oficial (el PRI) que estuvo durante setenta años en el poder.

En la consulta popular que realizó el EZLN en 1999, el pueblo mexicano se pronuncio por lo reconocimiento de los derechos indígenas.

El siguiente presidente mexicano, Vicente Fox (el partido derechista PAN), había prometido inversiones en Chiapas, e intento tranquilizar a los inversionistas extranjeros ante el Foro Económico Mundial reunidos en Davos: les aseguró que existía un proceso de paz en la región chiapaneca. Sin embargo, en diciembre de 2002 unos 30 indígenas fueron desalojados de la región, según el gobierno para proteger a una reserva natural; pero el EZLN lo acuso de estar “despejando la zona” para ofrecerla a emprendimientos privados.

Los zapatistas lograron un amplio apoyo internacional y su líder, Marcos, que cubre su rostro con el clásico pasamontañas negro.

Situación jurídica de los indígenas

Desde la misma fundación del derecho constitucional mexicano, se ha negado el reconocimiento a los pueblos indígenas en la nación. Este estado de cosas fue intención expresa de los constituyentes, quienes razonaron que había una sola clase de ciudadano mexicano con derechos otorgados por la Constitución. Uno abundó en sus razones para no permitir un reconocimiento específico de los pueblos indígenas en al acta de fundación de la nación: aunque los indígenas tienen derechos (los de todos los mexicanos), su estado de barbarie (o sea, su cultura e identidad indígena) indicaba que estos pueblos "no conocen su interés". El Estado, a través de la educación pública, gratuita y universal, se encargaría de enseñarles su verdadero interés, es decir, dejar de ser indígenas e integrarse a la cultura nacional.
Los indígenas de todo el continente (unos 42 millones de seres humanos) han estado luchando por el reconocimiento de sus derechos dentro de los estados liberales desde la época de la formación de las democracias constitucionales americanas.
La autodeterminación ha sido una demanda de los grupos indígenas de toda América, tal vez desde los tiempos mismos de la conquista. En este sentido los pueblos indígenas de Chiapas no han sido la excepción. Por lo menos durante los dos últimos siglos, gran parte del movimiento social de las comunidades chiapanecas se podrá entender si se comprende que la sociedad indígena siempre ha buscado su autonomía: el derecho de determinar la estructura y dirección de sus propias instituciones, sociales, religiosas y económicas. Su deseo ha sido que los hombres y las mujeres que ocupan los cargos de poder y decisión en estas instituciones —los curas, los funcionarios públicos, los comerciantes— sean gente indígena, que ejerzan con el beneplácito y en beneficio de las comunidades indígenas —deseo que les ha sido negado, en última instancia, por el uso de la fuerza
.
La cuestión del derecho indígena, concebida en particular como los derechos colectivos de un grupo étnico, ha ocupado cada vez más a los juristas y a los políticos de nuestros tiempos. Las democracias constitucionales contemporáneas se basan en un concepto de derecho individual y los derechos colectivos se derivan de éstos como parte de la protección del derecho individual de "asociarse libremente" para perseguir fines comunes. Sin embargo, ante el fracaso de los regímenes de derecho individual de proteger a los grupos minoritarios y étnicos de la explotación y la discriminación, siquiera de garantizar los derechos de los indígenas como individuos de ejercer libremente su cultura y acceder a una vida digna, se ha visto la necesidad de plantear la protección explícita de los derechos colectivos de estos grupos.
México ha participado en dos acuerdos importantes sobre derechos indígenas. Uno es el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo de las Naciones Unidas, firmado por México durante la presidencia de Carlos Salinas, en 1989. El segundo se refiere a los llamados Acuerdos de San Andrés, firmados por el gobierno federal y el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), en febrero de 1996, en el marco de las negociaciones amparadas por la Ley para el Diálogo, la Conciliación y la Paz Digna (Congreso de la Unión, 9 de marzo de 1995). Los Acuerdos de San Andrés implementan parcialmente los conceptos del Convenio 169 de la OIT. Son el resultado de un amplio proceso de consulta a los pueblos indígenas de México, con la participación en el tema de destacados especialistas —indígenas y no indígenas—. Representa un avance en la lucha para el reconocimiento de los pueblos indígenas, de suma importancia histórica, marcando una nueva fase en la relación del Estado con sus minorías autóctonas.
México, al haber firmado el Convenio 169, se comprometió —entre muchas otras cláusulas importantes para el derecho indígena— a reconocer a los pueblos indígenas mexicanos:
...el derecho de decidir sus propias prioridades en lo que atañe al proceso de desarrollo, en la medida en que éste afecte a sus vidas, creencias, instituciones y bienestar espiritual y a las tierras que ocupan o utilizan de alguna manera, y de controlar, en la medida de los posible, su propio desarrollo económico, social y cultural. Además dichos pueblos deberán participar en la formulación, aplicación y evaluación de los planes y programas de desarrollo nacional y regional susceptibles de afectarles directamente.

Y de:
...tomar medidas en cooperación con los pueblos interesados, para proteger y preservar el medio ambiente de los territorios que habitan.

El concepto indígena de propiedad colectiva es reconocido por la Constitución mexicana. Sin embargo, hay vaguedades y confusiones en el artículo 27 con respecto a la propiedad social. La intervención gubernamental en asuntos internos de las comunidades estorba los mecanismos indígenas de resolución de conflicto, exacerbando los antagonismos naturales. Existe una situación caótica con respecto a los recursos naturales, en particular los bosques y las selvas. A diferencia del caso de Oaxaca, donde las empresas comunitarias forestales han asumido el manejo de sus bosques, la explotación de la madera en Chiapas obra en manos de unos cuantos interesados. No existe una planeación ni a nivel regional ni a nivel de las comunidades forestales; se sigue talando madera tanto de los pinos de los Altos como en las selvas tropicales.

Pero lo que ocupa el centro del escenario político indígena de Chiapas no es simplemente la tenencia de la tierra, o sea, la propiedad de las parcelas, sino el uso y destino del territorio, como hábitat en su conjunto, de los grupos étnicos. La autonomía se refiere al respeto a las instancias de organización indígena regional, a la libertad de organizarse y actuar en forma colectiva sin interferencias indebidas. En los Acuerdos de San Andrés se especifican algunas de las expresiones de esta autonomía. Por ejemplo, se acordó el derecho de organizarse en nuevos municipios, adecuados para representar la nueva distribución y tamaño de la población indígena. Otro aspecto de la autonomía es la libertad de organización económica para promover los productos indígenas en los mercados nacionales e internacionales.

La importancia del concepto de territorio es que rompe con el marco estrecho de la "propiedad de los terrenos" y considera a la tierra como un ecosistema, un entorno en el cual se desarrolla la vida de las comunidades indígenas. El caso de los lacandones es muy dramático. En 1950, menos de medio centenar vivían solos en la selva. Ahora la comparten con cientos de miles de colonos, también indígenas mayas en su mayoría, quienes han provocado una modificación drástica del ambiente en la forma de una deforestación extensa. Rodeados de pastizales, en lo que era su territorio selvático, los jóvenes lacandones se preguntan ¿qué valor tiene una cultura de la selva si no hay selva?

Acuerdos de San Andrés el gobierno federal se compromete a:

Reconocer a los pueblos indígenas en la Constitución general. El Estado debe promover el reconocimiento, como garantía constitucional, del derecho a la libre determinación de los pueblos indígenas, que son los que "descienden de poblaciones que habitaban en el país en la época de la conquista o la colonización y del establecimiento de las actuales fronteras estatales, y que, cualquiera que sea su situación jurídica, conservan sus propias instituciones sociales, económicas, culturales y políticas, o parte de ellas. La conciencia de su identidad indígena deberá considerarse un criterio fundamental para determinar los grupos a los que se aplican las disposiciones" sobre pueblos indígenas. El derecho a la libre determinación se ejercerá en un marco constitucional de autonomía asegurando la unidad nacional. Podrán, en consecuencia, decidir su forma de gobierno interna y sus maneras de organizarse política, social, económica y culturalmente. El marco constitucional de autonomía permitirá alcanzar la efectividad de los derechos sociales, económicos, culturales y políticos con respeto a su identidad.
Libre determinación. El Estado respetará el ejercicio de la libre determinación de los pueblos indígenas, en cada uno de los ámbitos y niveles en que harán valer y practicarán su autonomía diferenciada, sin menoscabo de la soberanía nacional y dentro del nuevo marco normativo para los pueblos indígenas. Esto implica respetar sus identidades, culturas y formas de organización social. Respetará, asimismo, las capacidades de los pueblos y comunidades indígenas para determinar sus propios desarrollos. Y en tanto se respeten el interés nacional y público, los distintos niveles de gobierno e instituciones del Estado mexicano no intervendrán unilateralmente en los asuntos y decisiones de los pueblos y comunidades indígenas, en sus organizaciones y formas de representación, y en sus estrategias vigentes de aprovechamiento de los recursos naturales.

REPRESIÓN INDÍGENA

La situación de marginación y exclusión de los indígenas ha llevado a levantamientos reprimidos a veces con violencia.
El conflicto de Chiapas, México, es uno en el que la población indígena ha sufrido en varias ocasiones la represión violenta.
De hecho, los conflictos internos en los países latinoamericanos han golpeado siempre con fuerza a los grupos indígenas.